martes, 24 de septiembre de 2013

Peña Nieto y AMLO, entevista

El encuentro entre AMLO y Peña Nieto

 

Ineludible en la historia inmediata de la política del México Moderno

Un escenario esperado, un símbolo de reconciliación y esperanza

Una luz en el horizonte


 

Coyoacán.- Alguien está tendiendo puentes, hoy no aparecen los arquitectos, pero sí sus generales políticos.

El documento entregado ayer al gobierno federal, en el que se oficializa la propuesta realizada el domingo por Andrés Manuel López Obrador, de entrevistarse con el Presidente Enrique Peña Nieto, envía un mensaje “conciliatorio”, de atenuar la pista de la resbaladiza política mexicana. Y tratar en primer lugar el tema de la Reforma Energética como la hacendaria. Del lado presidencial, el silencio. Pero se trabaja en ese análisis.

El que pide, solicita, es porque está en desventaja o en un carril que tiene más distancia por recorrer que el otro, el gran poder. Y del otro, no es un poder menor, hasta ahora, ni el PRD, ni otro partido, ha logrado manifestarse en las calles como el mismo Andrés Manuel, ahí siguen sus activos políticos, por eso esta propuesta no puede ser descartada.

El tono de la solicitud lleva un desdén: MORENA fija para el 6 de octubre. Es un tono de exigencia, parecido a un ultimátum. Si el detalle es fondo, he ahí una ligera jiribilla, que bien puede ser entendida y salvada.

Pero las entrevistas y  encuentros entre líderes, siempre tiene repercusiones, si bien cumplen su palabra, en ocasiones a medias, en lo inmediato encuentra resultados.

Un posible encuentro en Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, tendría otras repercusiones.

¿A quién beneficia este encuentro?

En primer lugar a ambos.

A Peña Nieto,

Le rendiría frutos inmejorables de conciliador, de dialoguista. De hombre de Estado que sabe gobernar para todos, incluido su principal adversario político. De  que desde el poder, sí se ve y escucha a la disidencia.

En el terreno de Pacto por México, al presidente, le sumaría un interlocutor válido, con mucho más fuerza política real que los dos hombres de traje, con corbata de color amarilla y azul. Aún  cuando no se sentará a la mesa del diálogo, el ejecutivo tendría encontraría otro contrapeso de poder a la misma oposición. Al grupo de Zambrano, le restaría votos y hasta propuesta en su agenda. Los Chuchos en especial, encontrarían su poder más reducido.

En tiempos de Huracanes

 

A La tragedia nacional que tiene conmocionada a la sociedad mexicana,  el encuentro entre Peña Nieto o Andrés y Peña Nieto (como usted quiera acomodarlos), enviaría un símbolo de Unidad, de reconciliación, de querer en “verdad”, reconstruir, aportar a levantar el país.

Esas imagen, en un saludo, en un solo despacho (en los Pinos), sonrientes, es del mismo tamaño que la gente espera ver para sumarse en todo el país por el camino de la UNIDAD.

 

A Andrés Manuel,

 

En primer lugar, AMLO enviaría una luz de sensibilidad política. De intentar pasar al “lado del AMLO sino amoroso, sí de conciliador, que el pasado anterior y próximo inmediato, o sea sus dos contiendas y en las que no le favoreció el triunfo, ya quedaron en el pasado.

También fortalecería a su partido, a su MORENA, sus militantes, los menos recalcitrantes y fundamentalistas seguidores, también apoyaría a un líder que pasa de la estridencia, a la mesa de reconstrucción.

En el Pacto por México, dejaría sentir su presencia, sin estar presente. Es decir, no necesita de los maderos ni de los chuchos para remar solo.

Su oportunidad de acercarse al poder, desde luego que tendría más acercamiento con los sectores más débiles para que hablen por ellos, como es el caso del magisterio, principalmente el de Oaxaca, para ser escuchado en sus demandas.

Con esa entrevista, AMLO, marcaría un parteaguas en su historia de líder de la izquierda para posicionarse en la vida moderna, en el juego real de la política, antes que se vaya otras vez a recorres los más de dos mil municipios del país, envuelto en otra campaña presidencial.

 

Quizá la entrevista no se realice en la fecha fatal del 6 de octubre, día en el que AMLO convocó a otra concentración, ahora sí, en el Zócalo. Veremos.

No es un tema ocioso, es un tema necesario, ineludible, por el bien de todos.

Saludos y buenas tardes de martes.

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