lunes, 27 de enero de 2014

El adíos de José Emilio


El adiós de José Emilio,

 


Tu nombre es de los que no pueden olvidarse para siempre, son dos en uno que nos dan por resultado una tercera persona, en una fusión de prolífica prosa, incansable en ideas, creador de universos fantásticos, como los preferías.

Gladiador de mil batallas intelectuales, de ortodoxo escribir y leer en público, algo que ya muchos olvidaron.

En tus relatos, el vacío, el eco, la sombra, el ayer, la noche, lo hueco, la ligera tela entre la luz y la obscuridad, siempre estuvieron presentes.

Te dolía la historia de los pueblos, su sacrificio, su violencia, su represión, aún cuando no estuviste ahí, ni nacido, ni vivido en esas tierras.

Tus seres fantásticos te acompañaron hasta el final de tus días. Te apremiaba lo inmediato, lo sencillo, la claridad, huías de lo rebuscado, lo laberíntico.

Sencillo, con contenido. Con historia, prosa, síntesis de las pastas duras, mejor hojas ligeras para llevar consigo durante todo un viaje.

José Emilio, nos quedamos con tus escritos, tu entereza, constancia y el ejemplo de un excelente escritor mexicano.

Al destino: Deseo que ese hoyo negro que se está llevando a una buena parte de intelectuales mexicanos, cierre su voracidad, su insaciable sacrificio.

 
 

martes, 14 de enero de 2014

Viendo la luz...de Gustavo García



 Viendo la luz...Salas de cine en la literatura mexicana

 

 

 

* Obra postuma del maestro crítico de cine, Gustavo García

* "Queremos tanto a Gustavo", texto de Gudalupe Loaeza

*   Desde Ramón López Velarde hasta Paco Ignacio Taibo II, las plumas literarias tocan el tema del   cine y sus salas de exhibición.

 

Sendero Público agradece la colaboración del periodista Reynaldo Sandoval, quien realiza la crónica de la última obra del cinéfilo Gustavo García, la cual fue presentada este 13 de enero, en la Cineteca Nacional.
 
 

Si Gustavo García estuviera aún con nosotros, hubiera expresado al unísono con Alfonso Cuarón un “¡ay güey!”, cuando este último fue reconocido con el Globo de Oro hace unos cuantos días.  Con esa pasión que contagiaba y encantaba, el erudito, el experto, el maestro, fue motivo de una breve velada con motivo de la presentación de su libro póstumo “Viendo la luz… Salas de cine en la literatura mexicana”.


La Cineteca Nacional, así tenía que ser, fue escenario del encuentro de cinéfilos,  ex discípulos, fieles seguidores que nunca lo conocieron más que por radio y televisión, todos ellos encabezados por los familiares cercanos de quien desde las aulas universitarias, los medios impresos y electrónicos, las revistas, los libros, dedicó su vida profesional a la crítica cinematográfica.


 

En la mesa la escritora Guadalupe Loaeza, Rafael Aviña, crítico de cine, Guillermo Henry como moderador, si bien destacó la presencia de Alejandra García, hija de Gustavo, historiadora de profesión y quien desde la cercanía familiar recordó algunas de sus anécdotas, consejos y angustias, como la tristeza que manifestaba al ver el proceso de destrucción de aquellos grandes y majestuosos palacios cinematográficos para dar paso a las pequeñas salas de ahora, algunas con un sex-shop a la entrada.

 

Ante su esposa y hoy viuda, Claudia Elena Hernández Ojesto-Martínez, los ponentes recordaron cómo durante las semanas previas a que su enfermedad lo obligara a ser hospitalizado, Gustavo se propuso concluir la edición de “Viendo la luz…Salas de cine en la literatura mexicana”, puesto que su publicación aportaría al lector la revaloración cultural de esas grandes y populares salas frente a lo que la tecnología y la globalización han impuesto en la actualidad.

 

El crítico Rafael Aviña, recordó que su relación inició en la UAM Xochimilco, después por la Sogem, e incluso escribieron al alimón el libro “Época de oro del cine mexicano”, destacó que la llamada “fábrica de quimeras” siempre estuvo ligada a los “grandes palacios” que durante muchas décadas fueron el espacio donde diversas generaciones rieron, lloraron, gritaron, bailaron al tiempo que el celuloide evolucionaba en las pantallas.


Nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas el 29 de agosto de 1954, Gustavo García recurrió para contextualizar su investigación a plumas importantes, históricas, y mediante la compilación llevaba al lector a un recorrido centenario por las salas cinematográficas, algunas de las cuales se alojaron  en carpas y las butacas eran macetas y en donde la gente humilde soñaba y fantaseaba. El cine incluso fue motivo de observación, incluso descalificación para intelectuales que lo estigmatizaron por considerarlo demasiado “popular”.

Desde el porfirismo hasta nuestros años, plumas del nivel de Ramón López Velarde, Amado Nervo, Luis G. Urbina, Martín Luis Guzmán, Federico Gamboa, Salvador Novo, Parménides García Saldaña, Sergio Pitol, Jorge Ibargüengoitia, Emilio García Riera, Eraclio Zepeda, Paco Ignacio Taibo II, entre otros, acercan al lector, con sus testimonios, a la vida cinematográfica en México a través de los ojos del espectador que mira el celuloide pero que también voltea hacia los demás espectadores y registra sus reacciones, sus emociones.

Para la escritora Guadalupe Loaeza, acudir a la presentación del libro fue la oportunidad de escribir un pequeño texto que llamó: “Queremos tanto a Gustavo”. Describe cuando lo conoció primero por los medios, por sus textos, después personalmente. Y como llegó a admirar “su gran memoria” siempre seguro de los mínimos detalles de alguna película, de sus extraordinarios conocimientos del cine mexicano. “Con Gustavo se podía platicar de cualquier tema, platicábamos de cocina y hasta de eso era un conocedor”, recuerda con emoción.

Antes de irse, agregó, nos dejó “un gran regalo” que es éste libro y a través del mismo no sólo conocemos lo que Luis G. Urbina y otros opinaban respecto al cine y su contexto, sino también lo que representaban para la Ciudad de México el contar con ejemplos del Art Decó en el Cine Hipódromo, así como la decoración fuera de serie del Cine Chapultepec. 

Ya muy afectado por la enfermedad, quien impartió cátedra en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, así como en la UAM Xochimilco, se preocupaba por la correcta edición de los artículos, recuerda su hija Alejandra. No obstante, la enfermedad y posterior muerte le impedirían escribir el prólogo.

Evoca también las descripciones que le hacía en referencia a los autocinemas y la ocasión en que deslumbrado le tocó ver en uno de ellos “Lawrence de Arabia”, su película favorita, y que se presentó en una gigantesca pantalla con el uso de tres proyectores. Propuso que se difunda el texto que escribió en 2002 “Adiós al Olimpia”, en el que describió con dolor la desaparición de tan significativa e histórica sala.

Alejandra destaca que ella misma estuvo a punto de nacer en una sala cinematográfica cuando Gustavo y Claudia acudieron a ver la película “Los payasos”, de Fellini y tuvieron que salir presurosos directamente al hospital.  Recuerda como años después  su padre la llevaba al Palacio Chino, al Orfeón, al Metropolitan, a aquellas grandes e inolvidables palacios de exhibición.

Poco más de un centenar de amigos y admiradores del maestro disfrutaron de las anécdotas y pasajes de la vida de quien es considerado uno de los mayores conocedores del cine mexicano e internacional. Poco más de doscientas manos dieron por concluido el encuentro con un minuto de aplausos y se respiró en esa sala de la Cineteca Nacional que Gustavo García quedó para siempre entre amigos.

Reynaldo Sandoval Torres
Periodista
 
 
 

domingo, 12 de enero de 2014

Un metro sin pantalones, una explanada en...





Un día de fiesta en la Alameda


Centro Histórico.- La ligera capa de aire frío que envolvía a la ciudad hacia las diez de la mañana de este domingo, se disipó para dar paso a un clima acogedor, cálido y hasta de sol que exaltara el exhibicionismo de jóvenes hombres y mujeres - unos en bicicleta otros a pie y en metro-, para sumarse al desfile de piernas y torsos desnudos en la Alameda Central y en la explanada del Palacio de  Bellas Artes.

Fue un domingo de fiesta de una de las libertades. Uno de esos días donde el bloqueo a las calles por la protesta social, se tornó en un escenario distinto, de libertades por el ejercicio y por el placer del cuerpo, de los sexual, de mostrar otro rostro del individuo sin ataduras, sin esas ropas acartonadas, petrificadas, obscuras para dar paso a ver el color de la piel, a reconocer en el otro, o en la otra, su derecho a mostrarse en una manifestación artística y colectiva en un lugar público.

 

No había sombro, quizá sólo algún rubor en los rostros de las personas de mayor edad, que por ahí paseaban. Era un río de colores, de epidermis, en donde se mostró una variedad de telas y texturas.
 
 

Ese arcoíris dejó en claro que el mundo en el vestir interior es multicolor como las ideas y las manifestaciones de los jóvenes de hoy. Muestran calidad e imaginación en sus acabados o leyendas y estampados que ahora pueden pasar por alta costura.

 


La otra lectura, la social, reafirma, de nueva cuenta, que la sociedad mexicana, en especial la capitalina, ha cambiado en su comportamiento, que ha incrementado sus niveles de tolerancia y convivencia. Que es capaz de respetar la libre manifestación artística relacionada con las distintas expresiones en espacios públicos.


La cuarta celebración de un metro sin pantalones, demuestra la convivencia pacífica en medio de una selva de concreto, en que en ocasiones se ha convertido la ciudad de México, en especial, el Centro Histórico, y logre festejar una vez más, estas peculiares formas de ser y sentir, sin que nadie obstaculice el clímax de un domingo en la Alameda.

Buen inicio de semana.   

 

 
 
 

viernes, 10 de enero de 2014

Incomoda la actitud de Otero a profesora


 

La profesora y comunicadora, Andrea Manuela López, refuta a Ariosto Otero y colaboradoras

 

Sus comentarios son "actos intimidatorios", señala








Estimado Juan Carlos Bautista Rojo:
Te comento sobre la soberbia tan rampante de los auto denominados 132 artistas que conforman la elite del arte mundial y que participan en la Revista ojos MaReA,  libertad y desorden. Entre estos " artistas" se encuentra la señora Filizza Trassani quien en tono intimidante se atrevió a lanzar amenazas públicas a través de senderopublico. Al parecer este grupo que lucra con escuelas de arte como el Taller de dibujo al desnudo donde la artista funge como modelo y cuya cuota de recuperación es de módicos $80 pesos mexicanos. Siendo una imagen excelsa de la citada revista y en donde se llaman Venus a las mujeres desnudas que aparecen en este medio. Esta revista circula en las Redes del Museo de Arte Erótico Americano MaReA el cual es una galería donde se venden pinturas, esculturas, dibujos, se realizan proyectos editoriales así como avalúos de obras de arte. Es decir la comercialización en pleno del arte.
Es evidente y a todas luces claro que cuando un periodista se atreve a publicar en la red de internet alguna recomendación artistica, como fue el caso de la exposición plástica denominada Ariosto Otero y los Minotauros le provoque a la artista Trassani un severo malestar; yo diría un malestar en la cultura, ya que por lo expuesto el arte es una cuestión de precio, de dinero, de negocio y transacción. Cuando el arte se le da como una opción, que puede tomarse o no, a todo el público de nuestro país, la artista se ofende.No pretendo creer que es porque no puede cobrar un centavo. Sin embargo, considero que la internet ha sido desde sus inicios una herramienta para la distribución de contenidos libres de textos y de manifestaciones artísticas. Sin olvidar por supuesto que el Art. 86 de la Ley Federal de Derecho de Autor emitida por la Secretaría de Educación Pública de nuestro país sustenta que será posible la publicación de obras artísticas (FOTOGRAFÍAS) siempre y cuando los fines sean culturales, educativos o de publicaciones sin fines de lucro, como es el presente caso de lo expuesto en senderopublico.
Es lamentable que personas como Filizza Trassani que se dice integrante de una  elite artística, en colaboración con artistas colombianos, pretenda menoscabar la labor periodística de uno de nuestros compañeros en pleno ejercicio de su derecho de opinión. 
En comentario de Isabel Hernández Hernández, quien también lanza un mensaje coercitivo, alude que las fotografías publicadas dañan la imagen de la Venus, integrante de la Revista ojos. Esperamos sinceramente que las demás fotografías que circulan en la red no provoquen el mismo efecto, caso contrario tal vez sea catastrófico, o posiblemente un medio adecuado para hacerse de publicidad.
No podemos permitir bajo ninguna circunstancia que mediaticen los espacios culturales ni las obras artísticas.El arte es de todos y para todos.La cultura la hacemos todos y somos parte de ella. Los verdaderos artistas no son egocéntricos o déspotas, por el contrario se desprenden de sí mismos para otorgarse gratuitamente al mundo. El arte es universal y no tiene color ni fronteras. Que no se les olvide a aquellos que han lucrado desvergonzadamente con el patrimonio universal. En verdad no cederemos ante actuaciones de esta índole. Todos y cada unos de los mexicanos debemos rechazar enérgicamente actuaciones tan deleznables como el de estas personas que aludiendo un derecho de autor pretenden hacerse famosas a través de amenazas e intimidaciones. Sería mejor que de verdad trabajaran en beneficio de un verdadero arte y no con poses de divas baratas. Estas ladies de la Cuauhtémoc no frenarán la verdadera labor de un periodista que cumple cabalmente con su objetivo de informar y acercarnos a espacios hechos para todo el público como tú o como yo. Ni un paso atrás.
 
Con mi aprecio, Andrea Manuela López.
 
 
 

El Minotauro de Otero, un caso de análisis por la libertad de expresión y opinión


Este Sendero Público agradece las muestras de solidaridad de colegas periodistas y de la amplia comunidad de cibernautas ante la amenaza de demanda por parte del pintor colombiano, Ariosto Otero, avencindado en nuestro país desde hace años, por el sólo hecho de difundir su obra, en un acto público, al que este columnista fue invitado expresamente por parte de su equipo de colaboradoras.
Me permito transcribir íntegramente la columna del 23 de diciembre del pasado año, para que usted lector, juzgue, sin mediar todavía elementos de análisis, el contenido y tenga un criterio propio.

lunes, 23 de diciembre de 2013


El minotauro de Otero

El Minotauro de Otero



 


Para quien intente distraerse, y ampliar su visión cultural sobre el acompañamiento de la mitología griega hasta nuestros días, y una especial interpretación de una página de esa historia, encontrará una especial exposición pictórica titulada Minotauros, más allá del mito.


Ariosto Otero, quien es el pintor de esta singular forma de ver al minotauro y su relación con las mujeres, muestra esa otra faceta del muralista grabador, en cuadros de gran formato y caballete.



Guillermina Guadarrama, investigadora del Cenidiap/INBA, comenta en el texto de la presentación que “Ariosto Otero se inspira en el mito tradicional del Minotauro para deconstruirlo e imprimirle su propio mensaje. ¿Por qué el Minotauro?, porque es un personaje que el mito está lleno de significaciones sobre las conductas y perversiones humanas como los celos, la venganza, el odio y en ocasiones parece ser un consuelo al dolor, una especie de asidero existencial…Otero humaniza al Minotauro mítico a través de su obra y devela su verdadero interior en la relación entre el hombre y la mujer ".





En párrafos posteriores del mismo texto, la misma Guadarrama abunda sobre la mirada de Otero: “…presenta a un Minotauro humanizado, libre, bello, alejado de monstruo mítico. Este es seductor, dulce, de mirada tierna, incluso tímida, que cautiva a las mujeres, no las violenta, las protege, rodeándolas con sus fuertes brazos sin tocarlas, o acaso sólo levemente y ellas deciden quedarse con él…”






En las as bóvedas del ex convento Del Carmen en San Ángel, y que dan hospedaje al Minotauro, se puede percibir a un Minotauro mexicanizado, ante musas de piel cobriza y miel. Aún cuando originalidad en el trazo, estos símbolos emblemáticos, en ocasiones pueden dejar ver, rasgos muy Siqueirianos. Los rojos llameantes y verdes esmeraldas y ocres, crean atmósferas infernales y seductoras para este conquistador con su Malinche





Este fin de semana, puede darse una vuelta en Ave. Revolución 1734, lugar donde está ubicada la Fundación Fertilizando el Esfuerzo, quien le otorgó una sala al pintor Ariosto Otero, la cual lleva su nombre y donde se expone “Minotauros, Teseo, el asesino del amor".











 
 

Hay que encontrar la reflexión en el arte, reconstruyamos nuestra visión para volver a construir: JBA






5 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.
    ResponderEliminar



  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.
    ResponderEliminar


  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.
    ResponderEliminar


  4. Señor Juan Bautista, muchas gracias por promover la obra de los artistas sin fines de lucro. Gracias por promover el texto que escribí para la mencionada exposición.
    Lamento que la señora Isabel Hernández Hernández, que escribe en el comentario anterior hable de derechos de autor, sólo Ariosto Otero puede hacerlo, en caso de que este sitio fuera de lucro. ¡Qué pena¡
    Guillermina Guadarrama
    ResponderEliminar


  5. Estimada Guillermina Guadarrama,

    Agradezco el comentario. El tema ha generado polémica por la actitud del pintor colombiano y sus colaboradoras al hecho de difundir su obra, de ayudarlo, sin fines de lucro.Hoy publicaré otros comentarios que asiduos lectores de Sendero Público.
    Un saludo solidario

miércoles, 8 de enero de 2014

Las libertades democráticas


En eso de opinar e informar



 



Cuernavaca, Morelos.-Concluyo un seminario sobre las libertades democráticas, su origen, evolución y ejercicio en las sociedades. Llama poderosamente la atención, que al repasar la historia, para llegar a plasmar en constituciones y cartas de intención, esos conceptos, primero tuvieron que pasar por la conquista de las libertades de expresión y de opinión, las cuales costaron de mucha represión, tortura y hasta cárcel, a quienes se travieron a decir la verdad, a exponer su opinión sin censura, tanto de gran poder político como del poder privado. Cada pueblo, tiene a sus héroes en este tema.

Fíjese usted, que para medir el desarrollo de un país, no sólo cuenta su infraestructura, educación, sistema financiero, de transporte, seguridad, alimentación, la autooalimentación, sus niveles de producción en el campo y la industria, así como de su evolución de las leyes, pero un asunto capital, es el nivel que haya alcanzado sus niveles de expresión y opinión.



En México, como el Colombia, el tema de las libertades de imprenta, expresión y opinión han constado sangre y mucho sacrificio de esos pueblos. En especial en México, el tema fue robustecido con las luchas sociales.

En mi calidad de Secretario General, de la Fraternidad de Reporteros de México, una asociación civil formada hace ya veinte años, establecimos en la reestructuración de estatutos, que el derecho de libre de informar y opinar, no puede existir autoridad o elemento alguno que lo inhiba, lo prohiba, además de estar plasmado en la constitución.



Los periodistas en México tenemos todavía muchas tareas por cumplir con nuestra profesión, su conducción ética, el problemas de agresiones de poder político, del narcotráfico, del desempleo, de capacitación, pero lo más inmediato, la defensa de las libertades de expresión y opinión. No cederemos.














jueves, 2 de enero de 2014

Marihuana...


Marihuana…

Allá la gozan, aquí la criminalizamos

 

 

Las sonrisas complacientes de los consumidores, detrás de los mostradores, proyectaban la sensación de estar comprando un pedacito de cielo o un pase directo al paraíso. A su vez, los vendedores  mostraban con  alegría diversas clases de la verde, que en pequeños frascos eran llevados a las fosas nasales de los potenciales compradores para comparar olor, textura y precio. En los portales gringos se difundió como todo un éxito, la libre comercialización de Marihuana. La ciudad de Colorado, es un real ejemplo de la libre determinación de un pueblo para consumir y legalizar, lo que en otros tiempos fue temor de muchos, incluso del mismo gobierno gringo, que aún cuando toleraba el consumo, no lo fomentaba en gran escala.

Esa situación es altamente contrastante con lo que sucede en nuestro país, donde las autoridades no sólo andan con el prurito de combatir al narco, y seguir quemando los verdes pastizales, también siguen negando la información de cuál ha sido su plan para combatir la siembra, industrialización y venta del enervante. La Procuraduría General de la República, no ofrece respuestas exactas, evade el tema.

Otra grave y ridícula situación, insostenible, es la histórica y fatídica cifra de mexicanos, de ciudadanos que sin deberla, han perdido la vida, ya sea por fuego cruzado, como le gusta denominar la autoridad, o por tiro directo, sin mediar palabra, ya sea por parte de los narcos o bien por parte de los militares.

Es una ficción. Allá los gringos, la disfrutan, la gozan, la producen, la comercializan, ahora en grandes cantidades, con buena calidad y aquí, de este lado del río bravo, la criminalizamos, la prohibimos, y perseguimos a quien la venda.

Allá, la preparan en laboratorios, aquí se da sin maceta.

No estoy de acuerdo con su libre producción y comercialización pasando por la autorización del Estado. Estoy por su consumo para fines curativos, sin criminalizar Y desde luego -como decía mi amigo Eduardo Valle El Búho (qpd), el remedio y el trapito- establecer políticas públicas que inhiban su consumo, protejan al individuo con programas de rehabilitación para los adictos y  eviten el consumo en niños y jóvenes.