Diciembre, para volar

Un mejor diciembre

Coyoacán.- Cuando era niño, espera con gran alegría llegara el mes frío de diciembre. Mis pensamientos estaban en el caminar por el bosque del Chapultepec, en amanecer color azulnaranja, con mis amigos, una pelota para jugar fut y mi Mamá josefina como guía.
Las vacaciones eran el lugar libre de presiones, era un territorio autónomo. Mi madre, siempre haciendo fiestas, organizando reuniones, ayudando a los más y a familiares lejanos, tan lejanos que ya en edad juvenil, mis hermanos y yo, apenas nos llegamos a conocerlos.
En diembre, todos los niños de la cuadra, creo que eran como 60, sí sesenta, pedían permiso en sus casas para ir todas la mañanas al bosque de Chapultepec, para ir, capitaneados por mi señora madre, a jugar, pasear en lancha, ir al museo del Castillo y organizar competencias por equipos, ya fueran de destrezas o conocimientos. Durante todos esos años, siempre un olor a flan de vainilla y el verdor de los árboles, me acompañó.
Diciembre siempre fue una piñata llena de sorpresas y placer. Eran días soleados, de regalos, de abrazos, muchos abrazos, de risas, de buscar el mínimo momento para el reencuentro con amigos o amigas, para rehacer relaciones lejanas o que quedaron distantes. Sí, diciembre siempre fue un mes frío, compensado con mucho calor humano, un mes lleno de discursos, repleto de copas y de renovados sueños.
Es el mes del arbolito navideño, de paz, de luces multicolores, que ofrecen esa esperanza a la vida. Es el mes que fija el mundo, o una buena parte del mundo, para iniciar el conteo, el goteo de la historia.
Diciembre siempres será reflexivo, construcctivo, días propicios para guardar, para meditar, para estar con uno mismo y con los demás en su interior.
Es uno de los meses más largos del año. Es un frontera, es transición, es metamorfosis.
Es el fin y principio de otro amancer, otro época, otra década, otro siglo, es la apertura a otro cosmos.
Diciembre es principio y fin de nuestros desvelos, deseos, propósitos, logros, recuerdos, retos y obstáculos. Es al fin el mes más libre de todos.
Marca el inicio de los procesos de construcción interno, los cuales, ya no tienen retorno, en todo caso, tienen un fruto y retoño.
Por eso, hoy he decidido volver a intentar volar.
Buen diciembre para todos