jueves, 5 de diciembre de 2013

Unos cuantos, los protestantes ante el Senado

 

Sólo un puñado de manifestantes se oponen a la Reforma Energética


 




Centro Histórico.- En la víspera de la aprobación a la Reforma Energética, cuesta trabajo imaginar que ante la magnitud de tal envergadura de modificación, sólo un puñado de militantes de Morena y de la Cnte, que no pasen de tres mil, ya siendo muy generoso, sean los únicos que protesten con tanta euforia a las puertas del Senado, en la Ciudad de México.

¿Por qué si es tan vital, como el oxígeno republicano, para que la República camine, no se multiplican las protestas en todo el país, para evitar que el crudo mexicano vaya a parar las manos de las compañías extranjeras como han denunciado los líderes históricos de la izquierda mexicana, o lo poco queda de ella?

¿Por qué no vemos a millones de ciudadanos, con ese entusiamo juvenil y anarco, saltar contra las vallas de los granaderos de Mancera, precisamente hoy en su primer informe de gobierno, realizar la toma de tomar los pozos petroleros en los estados, bloquear todas las carreteras del país y las entradas a los aeropuertos?

Algo está pasando que no se alcanza a ver en el horizonte.  ¿Por qué unos cuántos? O los más, los millones de mexicanos que no están en la protesta, no están interesados?

O lo mejor están, estos protestantes están muy apurados y como dicen los chuchos, falta mucho tiempo, tanto que ellos, los del PRD, pugnan por realizar una consulta...hasta...el 2015.

Y tenemos un Senado, blindado a prueba de choqueantimanifestantes, que no permitirá que le cambien una coma a la propuesta de Reforma energética, o será que ellos, los senadores y sus cúpas partidistas sí tendrán la razón. ¿Cuál razón?

Lo que si está claro es que hay encriptación de la información, hay confusión y dilación. Simplemente no hay información clara sobre las posturas y cómo serán aprobadas y cuando ya hayan pasado por el Senado, cuando ya todo esté planchado como dicen los políticos, de ¿ qué servira protestar?

Estaremos atentos, a la aprobación amurallada en la casa de la democracia.





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