lunes, 7 de abril de 2014

Michoacán, el desmoronamiento del Estado

 

Michoacán, el desmoronamiento del Estado


 

La involución social se presenta cuando el Estado no cumple son su razón y deber ser. El caso de Michoacán llama la atención al suplir lo que se creía solo pasaba en Tijuana, una región limítrofe, la orilla del país, pegada al desierto y en la puerta de la gran urbe del mundo. Con un amplio sentido de imaginación geográfica, quizá la frontera se recorrió al centro del país, porque Michoacán padece de los mismos males sociales que aquella interesante ciudad fronteriza.

Pero Michoacán, claro un estado, no una ciudad, tiene un agravante más: la falta de un sólido, constante y permanente gobierno. Un ejecutivo débil como el mismo rostro de su gobernante, ausente por enfermedad, luego un gobernador interino, hoy arraigado por 40 días por existir indicios de su relación con el narcotráfico, después, vuelta del mismo gobernado Fausto Vallejo, después el llamado virrey, el comisionado Alfredo Castillo.

La solicitada desaparición de poderes en ese estado, ha llegado al mismo congreso de la Unió y al Senado, que ven compleja la situación, que han preferido desecharla. Otro tema que está a punto de salirse de cauce, es la relación de los denominados grupos de autodefensa con el gobierno federal y el mismo gobierno local.

Autodefensas y gobierno han firmado acuerdos los cuales no se respetan, ni se respetarán, una vez que se termine el parque, porque serán cartuchos quemados. Mireles, ese ciudadano con voz valentonada no tarda en llevar su propia autodefensa tras las rejas, igual que pasó al llamado Papá Pitufo. Obvio es que los desarmaran y si bien les va, serán incorporados como soldados o policías comunitarios pero sin rango, el poder es único y no se comparte, señala el refrán y este caso no será excepción.

No hay una verdadera política de recuperación del Estado mexicano en Michoacán. La aparente limpia no llega a fondo, es simulación. El michoacanazo, fenómeno político, social, cultural y económico, ya tiene otros referentes en los estados norte del país con menor o mayor intensidad pero que todavía no estallan en crisis.

Michoacán puede ser la muestra, el botón de lo puede ocurrir en otras esferas del poder. Estaremos atentos

 

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