Información, del amarillismo al
horror
· Como están de moda, se necesita un “Sistema
Nacional de Evaluación de la Información”.
· La información negativa, produce
estados depresivos
Sendero
Público.- Es lunes y la agenda parece llena: Que siempre sí se va la APPO, o el
magisterio de la Ciudad de México; AMLO, le ofrece “otra oportunidad a Peña
Nieto” para que piense por el bien del país, le pide aclare si comprometió la
Reforma con las grandes compañías extranjeras; Mancera dice que no se
vulneraron derechos humanos el 2 de
octubre; la SSP del DF difunde videos de las “fichitas” de los detenidos; el
magisterio se deslinda del EPR; de las fallas en la difusión del programa de
Prevención ante desastres naturales, los peñanietistas dicen que sí informaron
a tiempo, se busca a culpables históricos de las autorizaciones en Punta
Diamante en Guerrero; Gustavo Madero, presidente del PAN, salió a volantear sus
propuestas de Reforma en calles de la ciudad; este día sesiona el Congreso de
la Unión sobre las propuestas de Reformas…
Todo visto
en el mismo costal, parece no tener
punta la hebra. Los medios, sus columnistas, sus reporteros, los
editorialistas, parecen insistir en buscar en el pasado reciente, o sea, ayer y
antier, los motivos de nuestra existencia.
De los temas
importantes, nada o casi nada (filosofía). Las órdenes de información parecen
llevar la consigna de buscar lo más estruendoso en contenido que el de ayer,
para que interese. Mucha basura, tiempo perdido. No encontramos propuesta
periodística. Las malas notas, igual que la supuesta realidad, se suceden unas
con otras, como entre espejos, al infinito. Y los lectores, estamos insertos
ahí, atrapados en medio de una realidad que no es tal, con información negativa
de la “supuesta condición social”.
Asistimos
como sociedad, desde hace tiempo, a un periodismo, que de la nota roja, pasamos
a la nota negra y ahora a un periodismo del horror. Esa difusión, ese
amarillismonegrohorror que restregan en radio, televisión y medios impresos, a
la inmensa mayoría de los ciudadanos mexicanos, está generando una subcultura
de la irrealidad en que vivimos.
Con toda esa
carga negativa de información, el resultado no podrá ser el mejor. En un razonamiento
lógico inmediato, podemos deducir , que cualquier ciudadano que esté sometido a
procesos de saturación de información negativa, su situación emocional lo
podría arrinconar a estados depresivos, y a no contar con elementos
“equlibrados” de información para realizar la mejor toma de decisión, así sean
éstos para realizar sus tareas domesticas .
No existe en
el país, un Sistema Nacional de Evaluación de la Información, (como ahora
proveen todos los organismos que están en proceso de reforma) que sirva de indicador
a los ciudadanos, a su derecho de opinión, de veracidad, de pluralidad, equidad
y de paso, que contribuya a mejorar sus niveles de calidad de vida y salud.
Creo que
estamos muy lejos de todo ello. Cada ciudadano tiene que realizar un enorme esfuerzo
mental y de tiempo, en decodificar y seleccionar qué tipo de información
podemos consumir. Es y será una tarea de todos los días.
Buenas
tardes.
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