Amurallan el zócalo de la ciudad de
México
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Se
equivoca Mancera en la estrategia de seguridad
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Están
criminalizando la protesta social
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El
zócalo no tampoco puede estar secuestrado por la autoridad
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El
pretexto, la “ayuda a los damnificados”, ¿qué no hay otros lugares para el
acopio?
Sendero
Público.- Es la primera ocasión que se amuralla el zócalo de la ciudad de
México ante una conmemoración del 2 de Octubre. Una cosa son dispositivos de
seguridad y otra, blindar con paredes de acero el primer cuadro para impedir el
paso de una manifestación que se cree pacífica, como fue el origen mismo del
movimiento estudiantil del 68.
La
percepción de seguridad está siendo desvirtuada por una visión de muy corto
alcance y peor aún, la balanza la están inclinando al linchamiento, por lo
pronto mediático, de la manifestación o protesta social. Grave situación ésta
si se aplican los mismos criterios de seguridad para resguardar ciudades o
poblaciones, ante la vulnerabilidad de grupos armados, delincuencia organizada, o el mismo
narcotráfico.
No puede
medir todo con el mismo rasero. La manifestación social, principalmente la que
se desarrolla en la Ciudad de México, debe ser motivo análisis por parte de una
autoridad con el alto ingrediente de tolerancia, razón de ser, esencia de las
libertades.
El zócalo de
la ciudad de México no puede estar secuestrado por elemento social alguno, pero
tampoco por la misma autoridad. El zócalo, es patrimonio de todos los mexicanos
y tampoco puede estar ocupado para una actividad determinada por tiempo
indefinido.
Al gobierno
de Miguel Mancera se le están agotando los recursos de argumentación para
continuar con la ocupación del Zócalo, bajo el pretexto de la ayuda de los damnificados.
Si estamos de acuerdo en la ayuda e incluso nosotros le hemos apoyado, pero
también es cierto que existen otros lugares para el cuantioso acopio.
Ahí tenemos
por ejemplo, el Palacio de los Deportes, el autódromo “Hermanos Rodríguez”, las
16 plazas públicas de las Delegaciones, el mismo campo Marte, aun cuando sea
del orden federal, La tercera sección del bosque de Chapultepec, el bosque de
Tlalpan e inclusive habilitar una parte del Bosque de Chapultepec.
Pero el
asunto, como vemos no es de espacio, es de percepción política, de hacer sentir
quien tiene el poder.
Pronto se ha
olvidado que el partido que hoy gobierna a la ciudad de México, se pronunció
desde sus orígenes la cohabitación con otras fuerzas políticas, se propuso un
gobierno plural, escuchar a la gente, tolerar la manifestación pública y eso
hoy no vemos que sea así.
Este dos de
octubre, su cerco policiaco, sus muros metálicos, la corta visión del gobierno
del Distrito Federal con la complicidad del gobierno federal de mantener a raya
a la manifestación social, puede lograr encender esos focos rojos que se creen
están apagado.
La
estrategia de seguridad, en esta ocasión, está equivocada. Y el resultado puede
ser más violento del que se espera.
Nos vemos al
rato, sí al rato, porque tendremos que comentar cómo fue que termino esta
jornada. ¡Viva el 2 de octubre!
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