miércoles, 21 de agosto de 2013


Tiembla en la ciudad de México

Otro “sustito” a los chilangos

·      Primero dicen que de 6.1, después que 5.1 Richter

·       La sombra del 85, siempre presente


 

Ciudad de México.- Un… ligero temblor volvió a sacudir  a la Ciudad de México esta mañana. Eran las siete 38 minutos de este miércoles nublado y lluvioso, por el momento no se reportaron daños, señalan  los noticiarios televisivos y radiofónico.

 Primero dijeron que fue de 6.1 escala Richter para corregir posteriormente y quedar en 5.1 señala el Sismológico Nacional. Siempre pasa lo mismo, dicen una cifra y oficializan otra, como si esto fuera resultado de una consulta popular oponiéndose a las leyes de la física.

“Creo que estaba en la orilla de azulmar de las costas de Oaxaca, caminaba sobre las pequeñas burbujas  blancas del entretejido rosario que dejan a su paso como moribundas las olas del mar, el Sol asomaba y la playa, larga como la vía láctea”, cuando un fuerte sacudida en la cama con su réplica sobre la cabecera de pino  y el bamboleo de las breves y horizontales cortinas, sonaban como badajos de campanas plastificadas, me sacudió.

Pronto se deshicieron las idílicas imágenes para encarar la pronta idea de otro temblor y entrar en la disyuntiva de correr a la calle más próxima sin ropa o con ropa, no por el qué dirán, sí porque si pasa algo que no te permita regresar a la casa y al rato ni una camiseta encima por el resto del día, si la cosa de complicara, como sí sucedió aquel fatídico terremoto del 85.

Pronto eché mano de un jeans, camiseta blanca y una chamarra azul sport, con unos tenis negro de marca Puma, atravesé el umbral de la pequeña  recámara para cruzar las salas, comedor y llegar al jardín, ya más seguro sicológicamente, sin dejar de tambalearme, vi los rostros  de algunos tímidos vecinos, con cara de ¡qué forma de despertarnos! . Algunos caminan pausados como si no pasara nada, otros, montan a autos para marcharse al trabajo, como si no pasara nada.
 

" Pues que pase y qué..." refrán popular.

 
Esa actitud de “No pasa nada “, es el fiel reflejo de la capa protectora de los profundos miedos que esconden los chilangos         (expresión por la que se identifica con aprobación o sin ella al habitante de la Ciudad de México) cuando los hijos de la serpiente emplumada sienten se acercan al último momento de su morada.

Todo chilango que se jacte de serlo, sabe que lleva en su interior un ADN estabilizador que lo acompañara el resto de sus días.” Y… si pasa…”es la frase que pasa como un rayo que logra atravesar los caminos más sinuosos del cerebro, “¡pues que pase...que al cabo y qué!  Como dice la canción. 

Hay muchas maneras de estratificar las etapas generacionales entre los habitantes de la Ciudad de México: la más común sería por la edad, por su condición social, nivel de instrucción, por productividad, por su complexión física, el lugar donde habita. Pero yo he elegido una que me facilita el análisis con una amplia gama para estratificarla y obtener resultados múltiples, según el objeto que se estudie.

La fórmula es muy sencilla: Los que vivieron el terremoto en la ciudad de México, o sea los que lo sintieron, de cualquier edad ya en uso de razón ( como dicen los sicólogos ) y los que no lo vivieron o llegaron a avecindarse a esta ciudad, años después.

De ahí que la generación que vivimos y padecimos los estragos del 85, veamos en estas pequeños temblores, sólo llamados a misa, en la espera de la función final, que en realidad llegué a superar ese intenso dramatismo con conmovió a toda la ciudad.

Muy en el fondo, creo que todos pensamos, que ese día, que ese 85, no se vuelva a repetir y que Don Goyo, si tiene algo de culpa, que lo creemos, nos deje estar tranquilos estos años que vienen.

Por ahora, ya con el suelo más firme, espero ver y sentir en unos días, el burbujeo de las crestas de las olas, allá por Puerto Escondido.

Al sur de la ciudad, en casa , estuvieron tranquilas.

Mai dice que la despertó sin mucho sobresalto allá por la Roma y Emi, no lo sintió en las firmes estructuras de la Facultad de Arquitectura en la UNAM, sería el colmo que fracturara la UNAM, no lo creen?

Buen día.

Juan Carlos Ernesto Rojo 

11:40 am                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario